Hacia el mediodía aparecieron los hombres de blanco con el batín de mangas de gigante que pretendían probarle. Estuvieron toda la tarde persiguiéndole por azoteas, cornisas y farolas en las que a reposar se posaba Ireneo Ripalda. Y por ahí siguen.
En otra noche de plenilunio, el Genio Cazasueños emprende una nueva ronda.
(Relato presentado al concurso de la web Esta Noche Te Cuento del mes de Agosto. Tema: Bajo la luna llena).
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