–¿Tomarán café los señores?
–Para mí solo con hielo –«Espíritu de la contradicción», asignaba Gonzalo.
–Yo descafeinado con leche templada –«Reprimido, seguro que en
casa se pone la leche de la nevera».
casa se pone la leche de la nevera».
–A mí, un «ristretto» –«Ya apareció el políglota».
–Cortado, en vaso largo, con leche de soja muy caliente y azúcar morena– «Tiquismiquis».
–Café, pero café café –«Trastorno obsesivo compulsivo».
–Cortado con sacarina –«Sentimiento de culpabilidad, después de la tarta de tres chocolates».
–Yo, un café.
–¿Solo?
–Bueno, póngame dos –«Tímido, retraído y de buen conformar», concluyó el camarero.
(Relato presentado al con curso El Café del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: en un café o restaurante con un camarero o cocinero).