¡A LA CALLE!

PRECARIEDAD LABORAL

Me echaron de la casa con la excusa de que era patrimonio histórico y de que molestaba a la vecindad con los ruidos de cadenas.

Ahora, de nuevo, me permiten habitar la casona a cambio de que procure que las visitas no guiadas no se prolonguen mucho. El horario continuo es de 9 a 22, de lunes a domingo, sin descansos, salario ni seguridad social. Y las sábanas las pongo yo.

GOLPE DE SUERTE

Me echaron de la casa mis propios hijos. Mañana lo cuento en Telecinco.

HIJO PRÓDIGO

Me echaron de la casa cuando vieron que volvía sin un duro.

(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Me echaron de la casa).

DISCUSIONES

BIZANCIO

Mientras ellos discutían el sexo de los ángeles, estos se declaraban trans.

FLEMA Y FLAMA

Mientras ellos discutían sobre si recoger la mesa después de haber cenado, como exigía ella, o dejarla así hasta el día siguiente, que era sábado, como sugería él, un circunspecto bombero, encaramado a su escalera y apoyado en la ventana, esperaba la resolución alternando su mirada entre el matrimonio y las llamas, que ya asomaban dos pisos más abajo.

GRACIAS INFANTILES

Mientras ellos discutían dónde poner el jarrón chino, Javito lo rodaba por la escalera.

THEORIA ET PRAXIS

Mientras ellos discutían en el ágora sobre si Aquiles, el más veloz de los guerreros, sería capaz de alcanzar a una tortuga, y Zenón de Elea se embarullaba con farragosos razonamientos, su esposa Lisandra tenía la respuesta. Y la sopa de galápago casi a punto.

(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Mientras ellos discutían en el ágora).

MENUDA DECEPCIÓN

EKATERIMBURGO 1918

Menuda decepción; el Zar, la Zarina, sus cinco hijos, y ni una gota de sangre azul.

ANUNCIOS POR PALABRAS

Menuda decepción. Buscando entretenimiento lo leí en el diario: «Irina enseña el búlgaro». Allí que fui con mi amigo Roque dispuestos a una buena tarde. La chica nos pareció mona y la tarifa aceptable. Pues resulta que es un idioma.

EXPERTOS

Menuda decepción. Hasta ayer nunca había fallado en ninguna de sus predicciones; así lo reconocieron vecinos, amigos, compañeros de batidas y hasta el oficiante de su funeral y de su familia. Pero esta vez, las setas sí que eran venenosas.

(Relatos presentados a Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Menuda decepción).