jueves, 21 de julio de 2022

DESMUTACIÓN

Nació en 1689 con toda normalidad, producto de una fluvial e intensa relación sentimental entre sus progenitores, un macho y una hembra de ornitorrinco común.

En sus primeros meses de vida, nada le diferenciaba de sus hermanos ni de otros individuos de la misma especie, pero fue a partir de cumplir su primer año cuando su cuerpo empezó a experimentar la transformación que derivó en su conversión en lo que hoy conocemos por humano.

El prestigioso científico H. J. Miller, de la Universidad de Standford, desarrolló, muchos años después, una teoría según la cual la causa de esta mutación pudo deberse al hecho de que los padres militaran en un movimiento en favor de una alimentación más sana, alejada del menú tradicional a base de insectos, camarones y cangrejos de río. Ello los llevaría a nutrir a su pequeño mamífero semiacuático con otros platos entre los que predominarían los espaguetis boloñesa, el bacalao al pil pil o el chuletón Villagodio, lo que, sin duda, activaría los cambios en su metabolismo hasta convertirlo, bajo todos los aspectos anatómicos y neuronales, en una persona. No existen, hasta el momento, otros estudios que contradigan las conclusiones de Miller.

Llegados a este punto, y ante la exigencia de empadronarlo en su lugar de residencia, se planteó la necesidad de darle un nombre. Como los padres se inhibían en esta cuestión y cambiaban de conversación cada vez que se abordaba el tema, tuvo que intervenir la Sociedad Protectora de Personas Humanas para, por vía judicial, conseguir su registro con el nombre de Blas de Lezo.

Su infancia transcurrió con la normalidad que cabe suponer en estos casos, si bien, sus orígenes náuticos parece que le inclinaron a sentirse atraído por el mar y labrar su futuro como marino, consiguiendo embarcar en la armada española a los doce años y alcanzando con el paso del tiempo el grado de Almirante.

Fuera porque el rancho en el mar, a base de mucho arenque, mucho molusco y mucho insecto, empezara a parecerse al de sus ancestros, fuera porque ya habrían caducado los efectos de las pastas, el pil pil y las carnes a la brasa, el caso es que nuestro Blas empezó a notar un proceso de reversión lento pero constante. Primero fue la pierna izquierda, se fue retrayendo sobre sí misma hasta desaparecer a la altura de la ingle. Aprovechando que el hecho coincidió con la batalla de Vélez-Málaga ante la flota inglesa, a Blas no le fue difícil atribuir la pérdida a un cañonazo enemigo. Lo siguiente fue el ojo siniestro, que también se fue reduciendo hasta desaparecer. Lo relacionó con el impacto de una esquirla durante la defensa de la fortaleza de Tolón. Y algo después, fue el brazo derecho el que empezó a dar muestras de iniciar su descomposición. Lo justificó en un supuesto disparo de mosquete. Parecía evidente e irreversible la vuelta a su original condición de ornitorrinco, pero Blas no quería que ello empañara su brillante historial militar.

La última vez que se le vio fue navegando por Cartagena de Indias, cerca de la desembocadura del río Magdalena. Aunque se dijo que desapareció por la peste, probablemente fue por la querencia.






#HistoriasdeAnimales


(Relato presentado al concurso de Zenda, con el tema Historias de Animales).

miércoles, 20 de julio de 2022

LA LLUVIA AZUL


Avelino Figueira, aunque algo aprensivo, era un joven abierto a la diversión y a nuevas experiencias. Por eso, aceptó sin mucho miramiento la propuesta de Yago de asistir, en la noche de San Juan, a una bacanal en la playa, a la que acudirían jóvenes vírgenes que les colmarían de cariño y una prometedora lluvia azul. En la esperada cita, las inestables luces de la hoguera hicieron indefinibles sus edades, lo de la pureza quedó en leyenda de aldea, pero lo que peor encajó Avelino fue que el daltonismo de Yago convirtiera en añil lo que, en realidad, era dorado.

lunes, 11 de julio de 2022

MEMORIAS DE PLATÓN

Desde que la descubrí de lejos, seguida por su esclava de compañía, Yalena monopolizó mi pensamiento. Su estilizada figura, delicados ademanes, serena belleza, edulcorada piel y suave mirada anidaron en mi mente alimentando un único anhelo: toda mi vida por un instante con la suya.

Tras varias semanas acechando sus paseos por el ágora, embelesado con sus andares que destilaban pureza y virtud, ensimismado en absorber las esencias de su estela, ocupado en interpretar los pliegues de sus túnicas y absorto en sustraer notas sueltas de su voz, mi fervor por ella había crecido como palmera en vergel.

Conocedor de su estado célibe, y ávido de esperanza, decidí lapidar mi timidez y provocar un contacto que me abriera su corazón. Para ello recurrí a lo que con acierto mejor cultivaba: la prosa. Escribí a Yalena una extensa misiva con las palabras más bellas y ocurrentes de que fui capaz para desvelarle la profundidad de mis sentimientos y la intensidad de mi amor. Un sirviente se la hizo llegar con discreción y la ansiada respuesta no tardó en llegar. En una nota escueta, con aromas de azahar, pude leer: «serán 300 tetradracmas y la cama».




(Relato presentado al concurso del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: La sorpresa y el asombro).






Esta noche te cuento 33. MEMORIAS DE PLATÓN (Rafa Olivares) - Esta noche te cuento

martes, 5 de julio de 2022

CAMBIO DE PLANES

 

Al empezar la carrera de Derecho, se planteó llegar a un puesto
relevante de la judicatura. Quizás en el Tribunal Constitucional, quizás en el Supremo, o tal vez en la Comisión Europea de Derechos Humanos. Pero el legado de un desconocido tío en Australia, cuando cursaba el tercer año, alteró su dulce sueño. Hoy, treinta años después, en su heredada cabaña en mitad de la naturaleza de nuestras antípodas, se dedica, además de a la cría, a la defensa de los derechos de un animal extraño: el ornitorrinco.





(Relato presentado al concurso Microrrelatos Abogados. Tema: abogados. Palabras obligatorias: legado, animal, carrera, empezar y dulce).