martes, 30 de julio de 2013

LOS GILFORD

     
    Susanne y su esposo, Peter Gilford, componían un matrimonio acaudalado de la clase alta londinense. Sin las obligaciones de hijos que criar y educar, ni de negocios que atender que requirieran su atención diaria, los Gilford dedicaban casi todo su tiempo a cultivar las amistades y a participar de cualquier evento adecuado a su estatus.
    
    Su intensa vida social les proporcionaba una envidiable red de relaciones, que les permitía alternar, con frecuencia, con la aristocracia de la época. No había acto social de cierta relevancia en que no figuraran  entre los invitados. Ya se comentaba en estos ambientes que el Sr. Gilford podría ser nombrado Lord próximamente.
      
      Ni en el ámbito familiar, ni en el social, ni tan siquiera entre la propia servidumbre de su mansión de Strafford Park, se comentó nunca la menor desavenencia entre los Gilford. Únicamente cuando, varios años atrás, dejaron de compartir la alcoba, se pudo dar pie a rumores de problemas en la convivencia, pero la justificación en los desvelos nocturnos de ella los evitaron.
         
      En la alargada mesa del salón principal, sentados distantes uno frente al otro, la doncella les servía el almuerzo. El mayordomo, discretamente situado junto a la puerta, supervisaba el servicio. El Sr. Gilford se dirigió a su esposa:

- Cariño, ¿qué harás esta tarde?.

- ¡Oh, Peter!. Sabes que todos los jueves tengo la reunión de The White Heart Ladys. Estamos preparando la campaña de Navidad para ayudar a los niños huérfanos de Sheffield. ¿Y tú?, ¿irás al Polo Club?.

- Sí, estoy citado allí con Andrew Mc Gregor; tiene un proyecto de inversión en plantaciones de té en India y me lo va a explicar por si nos interesa participar.

        
      Una leve mueca, casi imperceptible, que podría ser el inicio de una suave sonrisa, alteró ligeramente el rictus de los labios de Susanne. Desde hacía tres meses se veía con Andrew, cada jueves, en una hospedería discreta a la salida de Chelsea. Estaba segura de que el señor Mc Gregor no faltaría hoy al encuentro semanal, era un caballero.

OBRA PERFECTA

Ocurrió hace poco más de cuatrocientos años. Nuestro hombre observaba aquella máquina artesanal diseñada para crear la obra perfecta. En casi una decena de cubículos de madera, se agrupaban miles y miles de palabras clasificadas por su naturaleza; en uno estaban todos los verbos, en otro –el más grande– los sustantivos, en aquel los artículos, en el de allá los adjetivos... Muy curioso y variopinto era el de los signos de puntuación. Estaban todos: comas, tildes, interrogaciones, diéresis, circunflejos...

Cuando nuestro personaje accionó la palanca, todo un entramado de poleas, engranajes y rodillos se puso en movimiento. Los cubículos liberaron pausadamente su carga produciendo un gran revoltijo de elementos que iban siendo, aleatoria y ordenadamente, depositados en un canal por el que eran conducidos a un soporte de entintado para, a continuación, ser impresos en un gran pliego. El caballero se dirigió al inicio del papel y leyó: «En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre...». Don Miguel sonrió satisfecho.

lunes, 29 de julio de 2013

CRÓNICA CELESTIAL


Vicente Crespo (corresponsal en La Gloria).- Sigue en disputa la peculiar Liga Celeste con un equipo destacado que cuenta sus actuaciones por victorias y que no es otro que el Hércules de Alicante CF, a las puertas de llegar a una existencia secular.
  Una magnífica planificación de su Junta Directiva encabezada por Vicente Pastor -el Chepa-, afable y entusiasta donde los haya, y arropado por personas del talento y la valía de Guixot, Bardín, Juan Pastor, Tarruella, Muñoz Lloréns, Rico Pérez y tantos otros, libres ahora de otros quehaceres, ha llevado al equipo, con abnegación y sin arrogancia, a la cima del campeonato universal.
  No es de extrañar si tenemos en cuenta el imponente plantel de jugadores. Una meta bien guardada por Humberto, Pérez o Cosme, capaz de disuadir a cualquier goleador. En defensa se dispone de  Ernesto, Rivera, Pavlicic, Quetu, Santamaría o Maciá -que alterna capitanía con Baena-. La media se ha visto reforzada recientemente con la llegada de Sarrachini y Paqui, quien volverá a formar tándem con Torres en una medular de ensueño, acompañados del "cacho" Saccardi, Juan o Ricardo García, que hacen a los rivales aborrecer la tarde del enfrentamiento. Y en vanguardia una delantera nada vacilante, con el fútbol supremo de los Ramón, Arana, Blázquez, Pina, Calsita o Ramonzuelo, haciendo picadillo las redes contrarias.
  En el banquillo, dirigiendo al equipo, entrenadores "ascensores", como Suárez de Begoña, Amadeo, Pagaza y César, prestos a garrapatear en la pizarra la táctica de cada partido.

Entrega del premio por José Ramón Solano, Presidente
de la Comisión 90 Aniversario.
  Delegado de Equipo en las salidas interestelares Vicente Compañ, velando porque nadie pueda desposeer al club en los despachos de los triunfos que consigue en el terreno de juego, y como masajista-utilero Manolo González, obsesionado con tener todo a punto.
  ¿Y qué decir de la afición?. Ahí tenemos apiñados en todos los partidos a los fieles seguidores de Santa Pola, de Los Gorilas, de Las Banderas, de El Bombo y de tantas otras peñas, apoyando sin fanatismo al son que marca el excéntrico "caramelero" que  regala sus productos en reconocimiento al estridente coro de ánimo.
  Siempre detrás de la portería rival, que es donde estarán los goles, Miguel Vilaplana con gesto de indolencia y su cámara al cuello.
  En días de partido, desde allá abajo, desde el planeta que llaman Tierra, todo el que alza su mirada puede ver franjas de nubes blancas entre las que se divisa el azul intenso del cielo. Científicos, astrólogos y chamanes coinciden con acierto en la interpretación del acertijo o señal: LA GLORIA ES BLANQUIAZUL.


(Este relato consiguió el segundo premio en el concurso convocado por la Comisión del 90º aniversario de la fundación del Hércules Club de Fútbol. Todas la personas que se citan están fallecidas y la crónica pretende ser un homenaje a todos los que, desde distintos aspectos, han tenido una relación con el Club. Las bases del concurso obligaban a la utilización de 20 palabras de una lista de 39).

NECESITA MEJORAR


El cabo Hopkins repartía las cartas con la izquierda, con rapidez y precisión, mientras que con la derecha hacía blanco seis veces en una diana a cincuenta metros. Simultáneamente, mantenía en equilibrio, sobre su nariz, una vara de bambú sobre la que rodaba un plato a la vez que, con un pie, daba incontables toques a un balón de cuero sin que le cayera al suelo y en la otra pierna giraba un aro sin parar.

No fue suficiente para ascender a Sargento. El Tribunal apreció cierta rigidez en su mirada.



(Abro este blog de microrrelatos con el que resultó finalista 2012-2013 en el concurso Relatos en Cadena de la SER, inspirado a partir de la frase obligada (en negrita). En los siguientes enlaces puedes escuchar los cortes de mis tres intervenciones en la radio: 

                               final semanal           final mensual           gran final)

 
Con Francino y Mónica


Los finalistas: Miguelángel, Mónica, Arantza, Mar, David, Yolanda, Rafa,Nacho e Íñigo.