Los arqueólogos encontraron los diez huesos -todos fémures- juntos y recogidos en un recipiente de barro. Pudieron determinar por el Carbono 14 que databan de nueve mil años a.C., y que cuatro correspondían a ancianos, tres eran de adultos, dos de adolescentes y el último de una criatura de no más de tres años.
Unos quince metros más allá hallaron un cubículo de piedra con más de una veintena de cráneos de distintos tamaños y pesos. Cualquiera podría encontrar entre ellos alguno en el que encajaran perfectamente su pulgar, índice y corazón en los huecos oculares y nasal. Ello dio lugar a una conclusión indubitada: se encontraban ante la primera bolera de la historia.
(Relato presentado en la primera ronda del Monstruoscopio, del blog Esta Noche Te Cuento. Tema inspirado en la imagen de la fotografía).