jueves, 27 de noviembre de 2014

CATA A CIEGAS


    Los tres caballeros, por separado, habían llegado puntuales a la cita. Todo parecía preparado. En aquel sobrio salón tendría lugar la cata. Sobre la mesa cuatro botellas de vino. Un tempranillo de Rioja, un cabernet sauvignon de Ribera del Duero, un verdejo de Rueda y un chardonnay de Somontano. También doce copas. Sentados alrededor, los tres caballeros. De buena presencia, de distintas etnias y de edades claramente diferenciadas. Mientras saboreaban los caldos comentaban las virtudes de cada variedad y sus preferencias. Después se desnudaron y quedaron en silencio. Entonces apareció ella con los ojos vendados. La cata iba a empezar.



(Relato seleccionado en el II Concurso microrrelatos erótico-románticos).

lunes, 24 de noviembre de 2014

LA LÓGICA DEL AMOR


AMOR POR SIEMPRE

     En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica. Antes de conocerle, yo soñaba con un hombre atractivo, honesto, trabajador, fiel y de carácter atento y detallista. No me importaba que fuera humilde, pero educado. Pues resulta que me enamoré de Borja, feo con certificado, chanchullero, ocioso cum laude, mujeriego con antecedentes y de naturaleza borriquera. Por si fuera poco, poseedor de una fortuna grosera hasta la extenuación. Hoy, viuda, rica y todavía joven, aún le quiero. Y mucho más que antes.


LÓGICA Y ORATORIA

     "En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica ni había que darle mucha transcendencia". Así empezó Don Terencio, paciente, persuasivo y didáctico, a explicar a su amada esposa las profundas razones que lo justificaban todo. Doña Angustias le acababa de sorprender, con la maciza vecina del quinto, en postura ciertamente inequívoca.


PREJUICIOS

     En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica ni tampoco estética. Y no era porque él fuera un ornitorrinco australiano y ella catedrática de arte sacro renacentista en Comillas, ¡qué va! Es que la diferencia de edad era excesiva.




(Relatos presentado al concurso Relatos en Cadena de la SER. Frase de inicio obligada: En realidad esto del amor no tenía ninguna lógica).

jueves, 20 de noviembre de 2014

AÑORANZAS Y ESPERANZAS

         

Después de media vida entre fogones, y aunque aún no era mayor, Matías no se veía de nuevo cocinando para otros. Sin embargo, sí le gustaba rememorar aquella época cuando, al caer la noche, se juntaba con Emilio y compartían recuerdos y añoranzas mientras tomaban algo antes de irse a dormir.

—Tendrías que haber visto, Emilio, la noche que me hicieron salir de la cocina porque Penélope Cruz y Tom Cruise querían felicitarme por la extraordinaria Langosta Thermidor que les había preparado -decía Matías.

—¡Qué bárbaro! la gente guapa de entonces —apuntaba Emilio con admiración.

—No solo la gente guapa. Políticos, banqueros, aristócratas, futbolistas, toreros, cantaores, bailaoras... toda la gente de buen gusto y con cartera suspiraba por probar mis platos y por fotografiarse a mi lado. Lo mismo les preparaba un Lenguado Meunière que un plato de callos del que se estaban relamiendo toda la semana.

—Se nota que por aquellos días estabas entre los mejores chef del país —comentaba Emilio.


—¡Pues ya ves!, siete años en el Palace. Y el Director del Ritz que cada semana me enviaba un emisario para que me fuera a trabajar con él. Llegó a ofrecerme el doble de lo que cobraba, pero para mí el dinero no era lo más importante y rechacé una tras otra todas sus tentativas, hasta que se cansó.

     Emilio venía de familia acomodada y era, lo que se suele decir, un hombre de mundo, por lo que coincidía con Matías en el conocimiento de personajes y situaciones, desde un puesto de observación diferente. Tenía, además, la cualidad de ser un excelente conversador. Y no porque hablara mucho, sino porque siempre mantenía una escucha activa, asintiendo oral o gestualmente a los comentarios de su interlocutor, de forma que lo animaba a seguir con su exposición.

—Cuando el Palace cambió de gerente, y este quiso darle otro carácter a la carta, decidí cambiar de aires y me despedí con dignidad y educación —señaló Matías.

—Hiciste bien. No se puede jugar con el prestigio de alguien así como así — sentenció Emilio.

—Por supuesto que no. Y mira, Emilio, no tardé ni veinticuatro horas en ser contratado de nuevo en un lugar excepcional, el palacete de los marqueses de Urbina.

—¡Qué me dices! ¿con Don Braulio y Doña Angustias? ¡Qué buenas personas!

—Muy buenas, Emilio. El tiempo que estuve con ellos me trataron de maravilla. Yo les correspondí haciéndoles quedar bien en cuantas fiestas y celebraciones organizaron, que no fueron pocas. Nunca hubo la menor queja de todo lo que les preparaba.

—Pues seguro que alguno de tus platos llegué a probar, porque anduve con frecuencia por aquella casa —aventuró Emilio—, y es cierto que tenía justa fama de buena cocina. Aún recuerdo unos muslitos de pollo rebozados que eran la delicia de todos los comensales.

—Pues yo mismo los hacía, con estas manos que ves, pero te confesaré una cosa, ni rebozado, ni al pil-pil —argumentó Matías—, como mejor sabe el pollo es en pepitoria, al chilindrón o cochifrito.

—No, por favor, cochifrito no, que me produce acidez.

—Pues a la cerveza. Nunca has probado un pollo a la cerveza como el que yo preparo.

     Terminaron de dar cuenta del par de tomates revenidos, de los restos de pizza y de unos plátanos marrones que componían la cena y, echándose un cartón encima y a modo de buenas noches, Emilio dijo: ¡Qué festín nos vamos a dar el día que encontremos un pollo en el contenedor!, ¿eh, Matías?




(Relato seleccionado para publicación en el Concurso Relatos a la Carta de Ediciones Saldubia. Septiembre 2014).











lunes, 17 de noviembre de 2014

DE TEOREMAS


PROBLEMAS INSOLUBLES

     Empezó a pensar en un nuevo teorema para calcular el número de decimales de pi, también en una fórmula para dimensionar sin error la superficie del universo y, además, en un sistema para conseguir que su marido dejara limpio el inodoro y alrededores después de usarlo. Solo consiguió el teorema y la fórmula.


INCOMPRENSIÓN

     Empezó a pensar en un nuevo teorema sin atender las quejas de su esposa: ¡a ver cuándo dejas esas tonterías y haces algo de provecho, Pitágoras!


HIJOS EJEMPLARES

     Empezó a pensar en un nuevo teorema. Hizo pruebas con objetos de distinto tamaño, volumen y densidad, en condiciones variables de humedad, temperatura y presión. Experimentó nuevos sistemas de medición mejorando la exactitud de los resultados. Con todo, lo que aceleró y dio el impulso definitivo a la investigación fueron las quejas de su madre: ¡Arquímedes, hijo, que me paso todo el día fregando el suelo!



(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena de la SER. Frase de inicio obligada: Empezó a pensar en un nuevo teorema).




jueves, 13 de noviembre de 2014

LOCURAS DE AMOR (La verdadera historia del Titanic)


   El primer oficial, William Murdoch, la observa embarcar en Southamptom por la escalerilla de estribor que conduce a la cubierta B, de primera clase. Enseguida queda prendado de su porte, de su elegancia y de sus gestos suaves y femeninos. No tarda en averiguar que se llama Helen Caldwell, que viaja sola y que se aloja en el camarote 115.

   Durante los primeros días de navegación, William aprovecha sus horas libres de servicio para buscarla por el salón de lectura, la cafetería o la cubierta de paseo, y entablar conversación con ella; se ofrece a mostrarle el puente de mando y la cámara de oficiales. Helen se siente cortejada y se muestra complacida e ilusionada.

   Hacia la media noche del cuarto día de navegación, Murdoch está de guardia en el puente de mando y, desatendiendo las órdenes del capitán Edward J. Smith, cambia el rumbo y sale a la cubierta exterior provisto de cincel y maza.

   Tras largos minutos de pánico y horror, el Titanic desaparece bajo las aguas. Helen, agarrada a un madero flotante, aún puede ver, en lo alto del iceberg, su nombre y el de William en un gran corazón perfectamente esculpido en el hielo.



(Relato publicado fuera de concurso en Esta Noche Te Cuento. Tema: la habitación 115 del Titanic). 

lunes, 10 de noviembre de 2014

TODO DISTINTO

ECONOMÍAS DE ESCALA

   Pero ya nada sería igual. Fue una casualidad que se conocieran, un fastidio que congeniaran tanto, una fatalidad que se enseñaran las fotos y una catástrofe que decidieran que viviéramos juntos; los siete. Sí, me ahorré los gastos de una vivienda, me beneficié de las ayudas por familia numerosa y, después de catorce años, mi doble vida ganó en normalidad y aburrimiento.



ESTÚPIDO LEPIDÓPTERO

     Pero ya nada sería igual después del tifón. Y todo por aquel inoportuno aleteo en la otra parte del mundo.



HÁBITOS AL AIRE

     Pero ya nada sería igual desde entonces. Mi prestigio y mi prometedor futuro en Roma acabaron por una ráfaga de aire. La que me levantó la sotana durante el Cónclave, dejando al descubierto el picardías rojo con encajes y mi liguero fantasía de la suerte.



(Relatos presentados al Concurso Relatos en Cadena de la SER. Frase de inicio obligada: Pero ya nada sería igual).

jueves, 6 de noviembre de 2014

EMPRENDEDORES



 Nos estamos haciendo ricos. Ella es contorsionista y yo soy un acróbata. Cuando el circo cerró, por la crisis, pusimos una academia de Kamasutra.



(Relato ganador en el Concurso de Microrrelatos de Radio Castellón. Frase obligada: yo soy un acróbata).

lunes, 3 de noviembre de 2014

DE MUÑECOS

MULTITUD

"El muñeco" fue el primero en cerrar los ojos el día grande de las fiestas. También le llamaban "la marioneta" o "el polichinela", porque se dejaba manejar por cualquiera. Esta vez le pusieron a él solo a preparar las copas. Y poco a poco, todos los demás fueron cerrando también los ojos. En el pueblo no se recuerda otro funeral tan concurrido.


SIN CONSUELO

"El muñeco" fue el primero en cerrar los ojos, se fue encogiendo poco a poco. Le siguió su gemelo, "el tuñeco". Doña Virtudes, presidenta de la asociación de viudas, no podía soportar compartirlos con nadie. Entre lágrimas, en su mano nerviosa y sudorosa, ocultaba los dos tapones.



BOICOT

El muñeco fue el primero en cerrar los ojos. Le siguieron el pato tartamudo, la vaca presumida y el sapo predicador. No los abrirían más. Estaban hartos de que se rieran de ellos y de las tonterías que les hacía decir el ventrílocuo.




(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena de la Ser. Frase de inicio obligada: El muñeco fue el primero en cerrar los ojos).