La vergüenza que nos ganamos aquella noche, en cambio, nos acompañaría para siempre. Los demás estaban a lo suyo. Yo le hablaba de mis cosas con cierto rubor. Él escuchaba y me aconsejaba, con esa voz tan sensual que habría vencido cualquier resistencia si la hubiera habido. Me invitó a pasar al interior y acepté. Intimamos. Recordar la postura veintitrés del Kamasutra resultó oportuno en aquel espacio tan peculiar. El éxtasis llegó junto al sonido de campanillas celestiales. Nuestros gritos, gemidos y sollozos de placer nos delataron. No debimos de hacerlo aquel día. No durante el funeral de tía Amelia. No en el confesionario.
(Relato presentado al concurso Relatos en Cadena de la SER. Frase de inicio obligada: La vergüenza que nos ganamos aquella noche, en cambio, nos acompañaría para siempre).
jaja qué bueno Rafa!! me ha gustado mucho. Hay cosas que no se pueden aplazar, sea el momento que sea!
ResponderEliminarSuerte la próxima!
;)
Con una buena penitencia se arregla todo.
EliminarGracias Sandra.
Rafa... no has podido escoger mejor cuadro para tu pintura. Muy ocurrente. Me has hecho sonreir, y como están los tiempos, solo por eso ya te debo una. Mucha suerte para el siguiente :)
ResponderEliminarUna sonrisa ya es mucho :).
EliminarGracias Juan Antonio.
Muy bueno, Rafa. Grande, a mí me ha sorprendido y me he quedado de piedra imaginándome los sollozos de todos; de TODOS. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, es lo normal en un funeral, muchos sollozos.
EliminarGracias Lorenzo.
Jajajaja, a quién se le ocurre en esas circuntancias!! Ayyy Rafa que hoy me estás haciendo reir, hoy tus relatos están subiditos de humor y me encanta, jejejje, felicidades. suerte par ala próxima.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nani, tú que tienes una casa encendida ya sabes lo que es encenderse. Lo malo es donde te pille.
EliminarGracias y muchos besicos.
Hola, Rafa.
ResponderEliminarCuando las necesidades llaman, no se las puede dejar esperar.
Me ha gustado mucho porque es, en esos sitios, donde debe dar más morbo.
Unos besazos.
Hola Towi. Sí, mucho morbo, es que quitarse el alzacuellos también debe poner ...
EliminarBesos.
Buenísimo, y en fin, la tía sabría disculparos. Es lo que tienen estas urgencias.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, no supe hasta el final lo que iba a ocurrir.
Besos
La tía Amelia debió tomárselo como un homenaje. Así la recordarían por siempre.
EliminarBesos Asun.
Jajajajaj cómo ha ido subiendo de tono tu micro según avanzaba.
ResponderEliminarQué bien taquedao. ¡Muy bueno!.
Un abrazo
Gracias Rosy.
EliminarUn abrazo.
Rafa, has puesto mucha imaginación en este relato, cuando el deseo llama es difícil postergarlo. Suerte para la próxima.
ResponderEliminarSaludos.
Uno no puede reparar en menudencias como dónde y en qué momento se encuentra.
EliminarGracias Beto. Saludos.
Aquí te pillo y aquí te mato que lo demás son flautas.Y voy ahora mismo a ver la postura 23 tan celebrada en tu texto jeje.
ResponderEliminarabrazos Rafael, siempre su lector.
La 23, también conocida como la del confesionario.
EliminarSaludos.