En esa tarde de otoño, Carmen
lloró. Su habitual entereza se disolvió en dos proyectos de lágrima que
humedecieron sus ojos y terminaron por desbordar. En su cauce por las mejillas
se fueron diluyendo, también, los antiguos desprecios, las viejas humillaciones,
las añejas ofensas y las continuas heridas.
Su mirada acuosa trató de retener
la imagen turbia de aquel cuerpo inerte.
(Relato
seleccionado para publicación en el I Concurso de Microrrelatos Otoño-Invierno).
Jo, cuánto cuentas y sin apenas palabras.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, no me extraña que lo hayan seleccionado, ¡es muy bueno!.
Un abrazo
Rosy
¡Qué bueno que te haya gustado!. He tratado de fotografiar con palabras el instante final de una historia de sufrimientos. Y ha salido eso.
EliminarGracias Rosy, un abrazo.
Muchísimas felicidades Rafa, es merecidísimo porque lo dice todo, con tan poco espacio ocupado. De nuevo mi felicitación.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracia Nani, por tus permanentes ánimos.
EliminarMuchos besicos.
Rafa, cambio de estrategia, adiós al humor y la ironía tan característica en muchos de tus textos y zas en toda la boca con este quasi poema en prosa tan bonito y tan visual.
ResponderEliminarMe ha encantado el proceso.
Bravo
Son viajes de ida y vuelta. Mejor no encasillarse y probar otras fórmulas.
EliminarSaludos.
Rafa, tu micro es precioso.
ResponderEliminarMe encanta compartir antología contigo y con tantos compañeros de ENTC.
Besos
¡Qué bien acompañar en la publicación a excelentes autores conocidos!
EliminarEnhorabuena, Virtudes.
Besos.