El abogado defensor del
vaquero arguyó que, si su vaca se había metido en el huerto del vecino
echándole a perder toda la cosecha de repollos, era porque un brujo le había
dado como alimento un mejunje que la había trastornado y le inducía a comer cualquier
cosa que fuera de color blanco.
- De eso hablaremos luego
-dijo el Magistrado- pero ahora, si no saca de inmediato la prueba de la sala y
deja por fin de comerme las puñetas, le condeno por desobediencia a este
Tribunal.
(Relato destacado en el concurso de Microrrelatos Abogados de Noviembre. Tema: abogados.
Palabras obligatorias: fin, vaquero, desobediencia, brujo y alimento).
Muy imaginativo y con un humor genial, que consigue del lector la sonrisa en las primeras líneas, que luego se convierte en risa y acaba siendo carcajada en el final del micro. ¡Felicidades! Un cordial saludo.
ResponderEliminarMenos mal que es un micro y no da para más "in crescendo". Quizás por eso no escribo novelas.
EliminarGracias guapa!.
Jajaja no me esperaba ese final.
ResponderEliminarMuy ocurrente Rafa, buen micro.
Un abrazo.
Gracias Rosy, celebro que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Bien por ti Rafa y por tu relato tan gracioso.
ResponderEliminarYa está un poquito mas cerca. Puede que hasta tengamos un campeón.
Bien, bien y tres veces bien.
Un abrazo para el ganador.
Un abrazo fuerte, Virtudes. Gracias.
EliminarMucha imaginación y jocosidad en este relato. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos.
Me alegro de que te haya divertido, Beto.
EliminarSaludos,
Hola, Rafa.
ResponderEliminarMe encantó eso de comerse las puñetas, muy divertido y muy bien introducidas las palabras.
Olé y olé.
Un abrazo.
Gracias María, y también por el voto a Infancia.
EliminarUn abrazo.