Habían planificado el golpe
minuciosamente después de estudiar horarios, distribución de la oficina,
localización del dinero y movimientos del personal. El Tuercas aparcaría
delante de la sucursal a las nueve en punto y simularía una avería en el
vehículo; El Pecas llegaría andando a las nueve y tres minutos y haría el
trabajo en el interior. Así fue, ambos llegaron puntualmente, El Pecas se
enfundó el pasamontañas, sacó la pistola simulada y en ocho minutos redujo a
los dos clientes y a los cuatro empleados y salió con el botín. Todo había funcionado
a la perfección.
A mediodía ya les habían
detenido. El Pecas había aprovechado para dejarle al Director, debidamente
cumplimentado, el formulario de solicitud de
un crédito.
Dicen que el tiempo es oro. Pues eso.
ResponderEliminarFANTÁSTICO
El arte de hacer dos cosas al mismo tiempo. Gracias Virtudes.
ResponderEliminarMuy ocurrente y divertido. Me ha gustado mucho. Saludos
ResponderEliminarGracias Juana, me alegro.
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