–Su padre es un tal José Luís Urrutia, de los Urrutia de toda la vida, el que conduce autobuses de línea, y su madre, Adela, la que tiene una peluquería en Lavapiés; pues ella, Sole, la hija mediana, que trabaja de azafata de congresos y tiene un novio en Grazalema, es la que me recomendó venir a su consulta para superar mis limitaciones de comunicación y memoria –dijo recostada en el diván.
El sicólogo ojeó las hojas impolutas de su cuaderno de notas y se debatió entre exprimir a la paciente durante un par de años o recetarle un placebo y darle el alta.
CONFESIONES DE LA MADRINA DEL CUERPO
Su padre es un tal José Luís. ¿O era Juan Enrique? ¡Ay, no sé! Eran tantos y tan cariñosos…
PECADOR
Su padre es un tal José Luís, obispo.
DE TAL PALO… ¿O ERA DE TAL CAÑA?
Su padre es un tal José Luís que emigró a América y se hizo rico con plantaciones de café, produciendo ron y abriendo academias de baile. Ahora su hijo, Luisito, es el mejor cliente del Club Latino y se le puede ver allí todos los días bailando salsa y tomando carajillos, siempre de ron.
(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Su padre es un tal José Luís).
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