martes, 8 de enero de 2019

ÓRDENES Y PESTAÑEOS

DEJADME SOLO
Ordenó sin pestañear que se retiraran los subalternos. Se caló la montera hasta las cejas, se colgó el capote en el antebrazo izquierdo, afirmó sus pies en el suelo y, tras mirar de soslayo a la atemorizada Lenita, se dirigió sereno y decidido hacia el torito de cartón sobre ruedas que empujaba Javito.


AL SERVICIO DEL CONTRIBUYENTE
Ordenó sin pestañear darla por concluida. Antes, mediante el código propuesto de parpadeos, guiños y oscilación de las órbitas, había conseguido cumplimentar la totalidad de las casillas del formulario. Ahora, el funcionario del servicio de ayuda a enfermos terminales, de la Agencia Tributaria, certificaba la identificación del iris y daba por presentada la Declaración de la Renta.


LECCIONES DE HIGIENE
Ordenó sin pestañear que le enjabonara todo el cuerpo. Su Mariscal de Campo, con delicadeza y esmero, obedeció complaciente, con especial entretenimiento en las zonas más reviradas. Cuando se presentó Josefina de improviso, y antes del aclarado, Napoleón, desde la bañera, mandó romper filas al II Regimiento.


ÚLTIMAS VOLUNTADES
Ordenó sin pestañear su cuarto y volvió al velatorio de mamá.




(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Ordenó sin pestañear).










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