martes, 15 de mayo de 2018

EL PARAÍSO PUEDE ESPERAR

Repasó mentalmente el contenido de sus bolsillos: tres monedas, el mechero, las llaves y la cartera, con el DNI y dos tarjetas de crédito. Nada que le fuera de utilidad en ese preciso instante. Sin embargo, en sus manos sostenía la libreta de tapas de hule negras en la que se encontraba el compendio de muchos años de trabajo; dibujos y fórmulas del ingenio que revolucionaría el mundo, cambiaría la vida de millones de personas, cubriéndolas de felicidad, y a él le otorgaría gloria y fortuna por siempre. Precisamente iba a patentarlo esa misma mañana, en cuanto acabara el asunto inaplazable que le tenía ocupado. Pero, a pocos centímetros de su cara, su frustrada mirada era devuelta por aquel metálico, estúpido e inútil portarrollos sin rollo.




(Relato finalista en el VI Concurso ELATC "Lola Fernández Moreno").

No hay comentarios:

Publicar un comentario