martes, 23 de mayo de 2017

SOLOS

JET SET

El crujir de las hojas les recuerda lo solos que están. Ningún otro sonido, aparte de los cantos de exóticas aves, se escucha en el frondoso bosque de aquella recóndita isla. Ni siquiera el de sus propias voces en los dieciocho meses transcurridos. También es mala suerte que nadie les presentase antes del naufragio.



LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN

El crujir de las hojas les recuerda lo solos que están. Los sietes miembros de la brigada forestal se ven cercados por un anillo de fuego y saben que no pueden esperar ayuda externa. Hacen un corro y, sin pudor ninguno, dan rienda suelta al llanto. Lágrima a lágrima se va formando un surco, que luego es arroyo y al poco torrente. En su curso se abre una vía que transforma llamas en ceniza y que permite su escapatoria entre onomatopeyas que fusionan risas y sollozos.



DOBLE INTROVERSIÓN

El crujir de las hojas les recuerda lo solos que están en aquella isla desierta. Sin embargo, dos años después, él aún no ha conseguido una cita con ella.



(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: El crujir de las hojas les recuerda lo solos que están).

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