martes, 13 de diciembre de 2016

MUERTES UNISEX

ÚLTIMA SINGLADURA

El otro, hombre o mujer, siempre muerto, se mece de nuevo en la cubierta de una barca que surca aguas, esta vez seguras, hacia un destino, ahora sí, acogedor. A los remos, atareado y sin embargo puntual, Caronte conoce bien el rumbo.


RACHA

El otro, hombre o mujer, siempre muerto. Después de seis meses, a tres sesiones diarias, ya sobrepasan el medio millar. Estos períodos de gracia hay que aprovecharlos, ya vendrán los tiempos malos. Lo mejor es que nunca faltan aspirantes. Todos con la ilusión de ganar una fortuna fácil a mi costa. Y con el deseo imposible, en mi actual estado de gracia, de no encontrarse con el único huésped del veleidoso tambor ruso.



CHECK LIST

El otro, hombre o mujer, siempre muerto, inerte, en el féretro, cumplía todos los requisitos. Se había diplomado en Arte Dramático con buenas calificaciones, vocalizaba perfectamente, sin dejes ni sonsonetes, hablaba idiomas, sabía cantar y bailar y tenía experiencia en otro tipo de actuaciones y representaciones. Además gozaba de excelente resistencia física. Era pues, la persona idónea para permanecer cinco horas en el escenario en el personaje de Mario. En la lista de habilidades y conocimientos no ponía nada sobre ronquidos.






(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: El otro, hombre o mujer, siempre muerto).

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