sábado, 30 de abril de 2016

DIVERSIDAD

   De la rutina insípida de su oficina escapa Artemio a las cinco en punto. Nunca regala un segundo más. Hastiado de otra jornada de ocho horas idéntica a la de ayer, a la del día anterior y a la de otros tres mil y pico más consecutivos. Siempre la misma tarea, la caja con las facturas, el listado contable, el punteo de fechas e importes, el tampón y el sello. Afortunadamente en su segunda actividad encuentra el justo equilibrio. A las seis, en la Biblioteca Central, le espera una montaña de fichas y seis horas para ordenar, clasificar y archivar.



(Relato finalista en el concurso Wonderland de Radio4).


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