Te puedes hacer de oro. Si lo piensas, para ti no es tan difícil. Solo tienes que imaginar que estás en la ducha, pero sin agua ni jabón, y te pasas las manos por todo el cuerpo frotándote con la delicadeza que se te supone como rey. ¿Lo has entendido, Midas?
(Relato presentado al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Te puedes hacer de oro).
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