En mis mejores sueños siempre me veía conduciendo uno. Negro, espacioso, elegante y silencioso, muy silencioso. Me observaba al volante, circulando despacio, con traje oscuro, corbata a juego, camisa blanca, gafas de sol y gesto serio, siempre serio.
Casi lo conseguí durante la temporada que trabajé en Uber, pero siempre algo lo distorsionaba; el bullicio de los pasajeros, las prisas, el constante ajetreo…
Hoy por fin lo he logrado y me siento realizado. Hasta me agrada algo que no aparecía en mis anhelos oníricos, el olor de las flores que acompañan al féretro.
(Relato presentado con el seudónimo Bartleby al concurso Encadenado 2024, del blog Esta Noche Te Cuento).
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