martes, 25 de junio de 2024

DE MALA HOSTIA

Y APALEADO
Y mucha, muchísima mala hostia de los dos, de su esposa y del amante, por haber vuelto pronto y sin avisar.

CONSUMO PREFERENTE
Y mucha, muchísima mala hostia del párroco impartiendo, a sabiendas, una eucaristía caducada.

ADULTERACIÓN IRREVERENTE
Y mucha, muchísima mala hostia en la sacristía. Tanta, que el párroco tuvo que demandar al ateo fabricante de obleas con sabores afrodisíacos.

PROPÓSITOS
Y mucha, muchísima mala hostia descargó sobre mí cuando, después de haberme negado a cambiarle el turno, le deseé que tuviera una buena guardia a la intemperie, aquella noche tan fría. Que no me gustara el fútbol no era razón para haber accedido; tampoco que en media hora fuera a empezar la final de la Champions y su hijo fuera el delantero centro del equipo favorito. Era mi semana de prácticas del saber decir no.

SENTIMIENTOS CRUZADOS
Y mucha, muchísima mala hostia le entra cuando, al llegar pronto del trabajo, demasiado pronto para lo que en Rufino es habitual, el amante de su esposa solo ha tenido tiempo de meter la cabeza bajo la almohada. Los sentimientos de ira, rabia, decepción y desesperación coinciden con una incontenible erección ante aquel descarado y respingón culito desconocido.




(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Y mucha, muchísima mala hostia).







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