lunes, 11 de julio de 2022

MEMORIAS DE PLATÓN

Desde que la descubrí de lejos, seguida por su esclava de compañía, Yalena monopolizó mi pensamiento. Su estilizada figura, delicados ademanes, serena belleza, edulcorada piel y suave mirada anidaron en mi mente alimentando un único anhelo: toda mi vida por un instante con la suya.

Tras varias semanas acechando sus paseos por el ágora, embelesado con sus andares que destilaban pureza y virtud, ensimismado en absorber las esencias de su estela, ocupado en interpretar los pliegues de sus túnicas y absorto en sustraer notas sueltas de su voz, mi fervor por ella había crecido como palmera en vergel.

Conocedor de su estado célibe, y ávido de esperanza, decidí lapidar mi timidez y provocar un contacto que me abriera su corazón. Para ello recurrí a lo que con acierto mejor cultivaba: la prosa. Escribí a Yalena una extensa misiva con las palabras más bellas y ocurrentes de que fui capaz para desvelarle la profundidad de mis sentimientos y la intensidad de mi amor. Un sirviente se la hizo llegar con discreción y la ansiada respuesta no tardó en llegar. En una nota escueta, con aromas de azahar, pude leer: «serán 300 tetradracmas y la cama».




(Relato presentado al concurso del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: La sorpresa y el asombro).






Esta noche te cuento 33. MEMORIAS DE PLATÓN (Rafa Olivares) - Esta noche te cuento

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