miércoles, 30 de octubre de 2013

ECHAR A VOLAR

   Su decisión empezó a comentarse rápidamente por el comedor.

    -Déjala que sea pájaro, otras lo fueron antes, dijo la de pelo canoso de edad indescifrable.

    -Sí, pero ya sabes cómo acabaron, contestó la del tatuaje en el cuello.

    -Bueno, cuando no quedan otros caminos no es mala opción echar a volar, comentó la sudamericana.


    Por la tarde ella se encaramó a la azotea trepando por una cañería de desagüe. Abajo, en el patio, las reclusas, alborozadas, le gritaban "pío pío, pío pío". Ella no oía nada, su mirada ausente pareció fijarse en un punto del horizonte.

    Entonces abrió las alas.

7 comentarios:

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  2. Ojalá haya llegado muy lejos, chulo el relato Rafa.
    Abrazos

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    1. ja,ja,ja. Sí Manuel, son retales de ReC liberados de la restricción de la frase inicial y reciclados. Van bien para momentos de sequía, que no siempre es tiempo de cosecha.
      Un abrazo.

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  3. Un vuelo definitivo que hasta entiendo en determinadas situaciones. Me ha gustado mucho como lo cuentas. Saludos

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  4. ¿Conoces la canción de Alberto Cortez?
    Quiso volar igual que las gaviotas, libre en el aire, por el aire libre
    y los demás dijeron pobre idiota, no sabe que volar es imposible...
    Estupendo relato aunque sean recortes.
    Reciclar es lo que toca.
    Un abrazo.

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    1. Sí, y la obra en que está inspirada Juan Salvador Gaviota, todo un clásico.
      Hay que reciclar. Me da pena que se queden en el cajón.
      Otro abrazo para Virtudes.

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