miércoles, 19 de marzo de 2025

ENCRUCIJADA


Apurados de tiempo, los tres sabios se dirigían, en carruaje tirado por briosos corceles, al castillo de Fronenbürg donde tendría lugar el congreso de científicos. Sabían que, en un punto determinado, el camino se bifurcaba hacia Este y Oeste. Desconocían cuál era el que llevaba al castillo pero, afortunadamente, en ese cruce vivían dos hermanos gemelos, tan idénticos que solo se diferenciaban en que Hans decía siempre la verdad y el otro, Hans también, siempre mentía. Además, nunca admitían más de una pregunta de los viajeros.

Elucubraban los eruditos sobre qué única interrogante plantear para saber la dirección correcta cuando el filósofo Müller exclamó «¡Ya lo tengo! Preguntaremos al primero que encontremos cuál sería la respuesta de su hermano sobre el camino a Fronenbürg y tomaremos el contrario al que nos indique». Celebraron con euforia la ingeniosa lógica del colega hasta que llegaron al lugar en el que se encontraban los hermanos. Antes de poder formular la pregunta acordada, el doctor Schneider advirtió «Aprecio en ambos gemelos evidencias claras de trastorno bipolar, con tendencia a adoptar la personalidad de personas cercanas». Fue entonces cuando el profesor Weber sacó una moneda de su bolsillo y la lanzó al aire.



(Relato presentado al concurso del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: mentiras)

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