–Vuela, príncipe, vuela bien lejos– le dijo la abeja reina al hijo que le había salido zángano.
TRAS EL BESO
–Vuela, príncipe, vuela conmigo– propuso la princesa miope. Él contestó: croac, croac.
MALOS RECUERDOS
–Vuela, Príncipe, vuela con ese maldito zapato fuera de mi vista; su par yace en la basura hecho trizas– le dijo Cenicienta con un insoportable dolor de juanetes.
(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Vuela, príncipe, vuela).