Las obras del convento de las clarisas dejaron al descubierto un pasadizo secreto del siglo XV que llevaba directamente hasta los aposentos privados del comendador, al otro lado de la plaza. El cronista episcopal atribuyó el hallazgo al gusto desmesurado del noble, gran protector de la Orden, por los dulces de las novicias, y a su celo por mantener ocultos sus apetitos desordenados.
PARA LO QUE ME QUEDA DENTRO
Las obras del convento pusieron al descubierto lo que fueron dejando los trasladados.
(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Las obras del convento).
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