lunes, 5 de septiembre de 2022

LOS EFECTOS DE LA CALÓ


Ese día y a esa hora, se produjo un inédito alineamiento imposible de astros.

A casi cuarenta grados a la sombra de un ficus centenario, en un punto en que el calor ya se había transformado en la caló –unos cuatro grados más–, en la terraza del bar Galaxia, Celestino y su amigo Saturnino esperaban a que Estela María, la joven y maciza camarera, les sirviera el par de cervezas muy frías que le habían pedido. Cuando llegó con ellas en la bandeja de metal, probablemente por el sudor en su piel, los tirantes de su holgado vestido resbalaron por los brazos, dejando al descubierto, sin sujeción ni sostenimiento ninguno, una estrella rutilante a cada lado del canal mediero de sus vías lácteas, en perfecta alineación con las espumeantes jarras recién sacadas del congelador, y con los altos de Venus allá abajo, justo en la bisectriz.

Quizás fuera por la caló, quizás por la visión de aquella extraordinaria conjunción cósmica, el caso fue que los dos amigos, al unísono, abducidos por un incontenible impulso, le pidieron matrimonio a Estela María en aquel mismo instante. Mañana, en las dependencias municipales de la plaza de Neptuno, se casan los tres.



(Relato presentado al concurso del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: Regresos o Calores).

 




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