viernes, 23 de julio de 2021

CARGARSE EL MUERTO

Pudo ser el mejor verano de mi vida, pero los últimos días de
vacaciones no pude evitar pensar en las tareas acumuladas que encontraría al incorporarse a mi trabajo como funcionario municipal. Estuve echando cuentas: una media de dos casos por día, más los de tráfico, los laborales, alguno de violencia de género, los relacionados con delitos diversos… Ya firmaría que no pasaran de noventa. Necesitaría más de un trimestre para poder ponerme al día. Después vendrían las prisas de los interesados. Que si «qué hay de lo mío», que si «cuándo me toca», que si «esto va muy lento». Todo sería distinto si la gente se planificara un poco y considerara el verano inhábil para según qué cosas.

–Desde luego –pensé taciturno–, ser el único enterrador del pueblo no deja de ser un sinvivir.




#elveranodemivida

(Relato presentado al concurso Zenda. Tema: el verano de mi vida),




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