lunes, 21 de septiembre de 2020

EL PLACER DEL ORDEN

UNAS VISTAS IMPAGABLES
«¡Qué gusto da verlo todo recogido! Mirad y disfrutad», ofreció el terrateniente a los peones como salario por las veinte hectáreas de olivos que habían vareado de sol a sol.

NIÑOS INQUIETOS
Qué gusto da verlo todo recogido. Sus juguetes en el juguetero, sus cuadernos y lápices en la cartera escolar, su ropa en el armario, sus zapatos en la galería y Javito, ya anestesiado, en el congelador.


CONTENEDORES VACÍOS
Qué gusto da verlo todo recogido en casa, se dijo Diógenes después de una jornada agotadora de trabajo.


CLASES
Qué gusto da verlo todo recogido y clasificado. El plástico en lo que fue la cocina, las latas en el salón, alcanzando ya la altura de la lámpara, cartón y ropa en el dormitorio, supongo que debajo siguen las alfombras y los colchones, y resto de cachivaches, en equilibrio inestable, en el vestíbulo y en el pasillo. Espero que el día que venga la brigada de limpieza reconozca que no todos los Diógenes somos iguales.


BUENA GENTE
Qué gusto da verlo todo recogido y limpio. Nadie lo diría si hubiera visto la que se montó anoche aquí mismo: tabaco, naipes, armas, drogas, alcohol, preservativos... Y todo empezó esa misma tarde con una llamada a la puerta: «Buenas, somos Adventistas del Séptimo Día». Luego resultó que no se trataba de un grupo de rock.


TRAVESURAS
–Qué gusto da verlo todo recogido.
Minutos después, el niño provocaría el Big Bang.





(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Qué gusto da verlo todo recogido).

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