Aún no había terminado el confinamiento ni se había encontrado la vacuna contra el coronavirus, pero su propagación había disminuido y ya se pudo celebrar el juicio. Tras el atraco al banco, con el resultado de tres heridos y un sustancioso botín, la policía logró detener a dos sospechosos. Sin embargo, ni empleados ni clientes pudieron identificarlos en las ruedas de reconocimiento porque habían actuado con el rostro cubierto. En tales circunstancias, y a falta de otras evidencias, su defensor confiaba en una rápida y fácil absolución. Pero, al entrar los acusados en la sala con la mascarilla profiláctica obligatoria, todos los testigos los señalaron: «fueron esos, fueron esos». De inmediato desapareció la sonrisa del abogado, pero la tela impidió que se notara.
(Relato finalista en el concurso Microrrelatos Abogados. Tema: abogados. Palabras obligatorias: confinamiento, mascarilla, coronavirus, vacuna y propagación).
No hay comentarios:
Publicar un comentario