PRISAS DE CARPINTERO

CRUCIFIXIÓN

Se apresuraron con el martillo y los clavos. El velcro no sujetaba.

IMPREVISIÓN FATAL

Se apresuraron con el martillo y los clavos a proteger con maderos puertas y ventanas. Algo debió de fallar en el plan porque cuando llegó el huracán, aún cavilaban sobre la forma de entrar a la casa.

CAPRICHOS SUPREMOS

Se apresuraron con el martillo y los clavos, las sierras, los taladros y los cepillos de carpintero, para cortar aquí, lijar allá o rebanar acullá, con el objetivo de reducir el peso de la embarcación. A continuación, los galeotes ocuparon sus puestos. El jefe quería hacer esquí acuático.

CANSINO HASTA LA MUERTE

Se apresuraron con el martillo y los clavos a sellar la tapa del ataúd. Al tío Lucas, que nunca fue de buen conformar, no le bastaba con el certificado de defunción, quería una segunda opinión.

(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena. Frase de inicio obligada: Se apresuraron con el martillo y los clavos).

VOLVER AL ATAÚD

ESCÉPTICO

Para volver a meterse en el ataúd no le bastó con el certificado de defunción, exigió una segunda opinión.

MENTIRAS PIADOSAS

Para volver a meterse en el ataúd hubo que decirle que la incineradora no funcionaba.

LA INSOPORTABLE GRAVEDAD DEL ESTAR

Para volver a meterse en el ataúd, después de haber resucitado al tercer día, Ireneo tuvo que pasar por varias decepciones. Su mujer había entregado toda su ropa a la parroquia, la hija se había quedado con el coche y vendido el propio, su cuñado se había hecho cargo de la panadería, el alguacil le había sustituído como pareja del boticario en el dominó y los gastos del entierro estaban pagados y ya no los iban a recuperar. Así que Ireneo, que no era de contrariar, tomó con parsimonia el camino del camposanto.

INTERPRETANDO A DELIBES

Para volver a meterse en el ataúd en la siguiente función e interpretar el papel de Mario, el director le recordó que en su guion no figuraba ningún ronquido.

(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena. Frase de inicio obligada: Para volver a meterse en el ataúd).

TRES VECES

LA ATRACCIÓN DE LOS NÚMEROS PRIMOS

Se santiguó tres veces, besó su medallita de la Virgen cinco y le asestó once puñaladas.

COSTUMBRES DE CREYENTES

Se santiguó tres veces, como hacía siempre antes de empezar un trabajo. Con la parsimonia y pulcritud habituales, atendió a los tres adultos y dos niños del pedido. Limpió el arma, la guardó y besó dos veces la medalla de la Virgen. Como hacía siempre al terminar un encargo.

PROPÓSITO DE ENMIENDA

Se santiguó tres veces. La primera para evitar los malos pensamientos, la segunda para no caer en la tentación y la tercera para que no descubrieran el cuerpo de la niña.

EFECTOS COLATERALES

Se santiguó tres veces pero solo en la última se besó la mano. Eso le bastó a Sherlock para deducir que el sospechoso era tartamudo.

(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Se santiguó tres veces).

COLECCIONISTA DE ONOMATOPEYAS

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(Relato presentado al concurso Esta Noche Te Cuento. Tema: Más vale tarde que nunca).