Terminada la exposición y hecha la nueva distribución de posiciones, los asistentes, como cada día, cambian sus ropas de marca, guantes de lana y calzados de piel por harapos, mitones y alpargatas y marchan a ocupar sus puestos en una nueva jornada de trabajo.
miércoles, 25 de septiembre de 2013
GUANTES POR MITONES
Terminada la exposición y hecha la nueva distribución de posiciones, los asistentes, como cada día, cambian sus ropas de marca, guantes de lana y calzados de piel por harapos, mitones y alpargatas y marchan a ocupar sus puestos en una nueva jornada de trabajo.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
INSOMNIO
Había salido del turno de noche y previó dormir toda la mañana. Vivía en una planta baja, en la calle que desembocaba a la plaza principal del pueblo. El ruido del tráfico y el bullicio de los transeúntes en día de mercado le impedían coger el sueño. Harto de dar vueltas en la cama decidió ponerse a contar ovejas. Las veía una a una entrar por la ventana y correr a juntarse con el resto en el fondo del dormitorio.
Se detuvo cuando iba por 1.297. El pestilente olor y el coro de balidos no le dejaban dormir.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
DULCE HOGAR
Encontré la casa igual. Los elementos de decoración ya
estaban pasados de moda pero en su día era lo que se llevaba. Ella no estaba,
todas sus cosas sí. Su ropa, sus zapatos, sus bolsos, sus cartas, sus libros,
sus apuntes, su bisutería, sus perfumes, sus llaves, sus tarjetas -ya caducadas-,
su agenda, sus vendas, sus apósitos, su mercromina, sus discos de vinilo, sus
peluches... Y sus fotos, las de soltera, las de sus padres, las de los
compañeros de claustro, aquéllas con aquel estúpido novio...
En el suelo de parqué del dormitorio observé unos rodales
que no recordaba y que me resultaban incompatibles con su exagerada obsesión
por la limpieza. En eso había salido a su madre.
Después de revisar toda la casa recuperando recuerdos sólo
eché en falta dos objetos, su diario y el cuchillo grande de cortar carne. Curiosamente
algo me hacía recordarlos juntos vagamente en otro lugar y en otro momento que
ahora me resultaba difícil concretar. Había pasado tanto tiempo... Exactamente
veinte años y un día.
(Relato presentado al certamen Esta Noche Te Cuento de Septiembre. Tema: Volver)
miércoles, 4 de septiembre de 2013
GESTIÓN DEL TIEMPO
Habían planificado el golpe
minuciosamente después de estudiar horarios, distribución de la oficina,
localización del dinero y movimientos del personal. El Tuercas aparcaría
delante de la sucursal a las nueve en punto y simularía una avería en el
vehículo; El Pecas llegaría andando a las nueve y tres minutos y haría el
trabajo en el interior. Así fue, ambos llegaron puntualmente, El Pecas se
enfundó el pasamontañas, sacó la pistola simulada y en ocho minutos redujo a
los dos clientes y a los cuatro empleados y salió con el botín. Todo había funcionado
a la perfección.
A mediodía ya les habían
detenido. El Pecas había aprovechado para dejarle al Director, debidamente
cumplimentado, el formulario de solicitud de
un crédito.
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