sábado, 23 de febrero de 2019

CIENTÍFICOS EN EXTINCIÓN

PUTIJOBS
Intuyo que los científicos irán desapareciendo de la universidad. Ya aceptaron la rebaja de sueldo y el aumento de jornada. También lo de llevar en las batas publicidad de los patrocinadores. Pero eso de traer de casa los reactivos, las probetas, las cobayas, los decantadores, las pipetas y los tubos de ensayo, no sé, no sé...


CONTRAPROGRAMACIÓN
Intuyo que los científicos irán desapareciendo poco a poco de la Convención. Han abierto un bingo en la esquina.


POLICÍA CIENTÍFICA
Intuyo que los científicos irán desapareciendo de la unidad de homicidios. El Comisario Jefe está prendado de la nueva subinspectora que, además de guapa, escultural, simpática y seductora, dice que es mentalista.


ARRIBISTAS
Intuyo que los científicos irán desapareciendo uno tras otro. No debimos incorporar a Florindo Cascalejos al proyecto de investigación sobre la transformación de cuerpos opacos en etéreos. Y menos sabiendo de su desmesurado afán de protagonismo.




(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Intuyo que los científicos irán desapareciendo).

martes, 19 de febrero de 2019

ESTULTICIA FILIAL

MERCADOS REGULADOS
Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo. No estaban de acuerdo con la cantidad recibida. Después de muchos razonamientos se conformaron; entendieron que, con la normativa sobre trazabilidad de productos, la cotización del cerebro del chaval sería muy baja y el precio no iría muy allá.


NUNCA MÁS
Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo, desconocedores de que los secuestradores, incapaces de soportar tamaña estulticia, ya habían decidido soltarlo y solicitar una orden voluntaria y perpetua de alejamiento.


¡ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO!
Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo y su fracasado negocio de venta de bebidas alcohólicas. Si bien la facturación era muy elevada, solo tenía un cliente, él mismo.


ROTOS PARA DESCOSIDOS
Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo y no escatimaron en gastos llevándolo a los mejores especialistas. Resultó inútil. Hubo coincidencia en el diagnóstico: la estulticia congénita no tiene cura. Pero, como siempre que una puerta se cierra otra se abre, los galenos también apreciaron en el muchacho cualidades para un brillante futuro en la política.


RECOGIMIENTO
Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo, pero no era fácil. Solo sabían que estaba solo, en una isla del Pacífico, y que se había llevado para leer una guía telefónica.



(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo).

viernes, 15 de febrero de 2019

DOBLES PAREJAS


Había cambiado la forma en que Lucas, el prometido de mi hermana, y Sandro, mi novio, nos cortejaban mientras echábamos la partida de póker de cada tarde. Ahora, ambos parecían más atentos y cariñosos con la pareja contraria que con la propia, así que, puestas de acuerdo, fingimos sentirnos ofendidas y los despedimos aparentando mucho enfado. Nosotras, como ellos, también somos siamesas, y aquella pareja sabíamos que volvería.



(Relato presentado al concurso ENTCerrados, de Esta Noche Te Cuento. Frases de inicio y final obligadas: "Había cambiado la forma" y "sabíamos que volvería").

lunes, 11 de febrero de 2019

NINGUNO ERA TOMÁS

A LA CARTA
Ninguno de los niños que había en el arcón era Tomás. Siempre fue muy friolero. Lo encontramos en el horno.


GOURMET
Ninguno de los niños que había en el arcón era Tomás. Por averiguar su paradero, describimos a inquilinos y vecinos de la mansión su color de pelo y ojos, su estatura, la forma de su cara… Don Apulecio, el más colaborador pero algo mal de la vista, nos preguntó si se trataba del chaval con aroma a lavanda y sabor a costillas caramelizadas con esencia de enebro.


QUIEN NO SE HAYA ESCONDIDO QUE SE ESCONDA
Ninguno de los niños que había en el arcón era Tomás. Con tan solo cuatro años era el más astuto y sabía elegir los mejores sitios para esconderse. Ocultarse en el carromato de los feriantes fue una muy buena idea. Hoy, una década después, aún lo siguen buscando.

SALVADO
Ninguno de los niños que había en el arcón era Tomás, tampoco de los que estaban en el fondo de la balsa ni de los que yacían apilados sobre el pajar. Empezamos a preocuparnos por si habría sufrido idéntico final pero nos alivió verle ocupado en el aserradero, descuartizando a los dos últimos.



(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Ninguno de los niños que había en el arcón era Tomás).

viernes, 8 de febrero de 2019

TIEMPO DESPUÉS

Año 9177. ¡Eureka! se oye, cotidiana y consuetudinariamente, en el tercer local de arqueología, del único edificio del planeta, el de la población activa. Han descubierto en las redes sociales del siglo XXI un tesoro, el blog Cincuenta Palabras. Mientras, en las chabolas de parados, se trafica con sus micros.




(Último relato presentado al concurso del blog Cincuenta Palabras).

martes, 5 de febrero de 2019

AUSENCIAS



ESPERANZA

Cuando se ausentaba de casa encendían una vela, pero siempre volvía.




CÁLCULO DE PROBABILIDADES

Cuando se ausentaba de casa dando un portazo, sabía que no tardaría en volver. Los treinta metros cuadrados de isla tampoco daban para muchas más alternativas.



PROCESO DE ACLIMATACIÓN

Cuando se ausentaba de casa para ir a trabajar, todos sabíamos que llevaba más de tres años prejubilado. Al volver, traía aroma a travesura, terciopelo en la piel y tonos crepusculares en la voz. Y siempre renegando por lo que aún le faltaba para la jubilación.






(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Cuando se ausentaba de casa).

viernes, 1 de febrero de 2019

ME LLAMO 60

Érase una vez, un relato que quería ser admitido en los muy exclusivos Jardines de los Cuentos Nocturnos. Al llegar a su entrada, vio clavado en un roble un Edicto que rezaba «No se admite el acceso a historias que no lleven entre sus líneas alusión alguna al color de estas letras en molde». Sin arredrarse, nuestro personaje se adentró en el recinto siendo matriculado con el número 60. Pronto concitó la mirada de otros cuentos que buscaban descubrir, entre sus párrafos, indicios de la tonalidad prescrita y que no lograban encontrar ni siquiera en las cintas marcapáginas –una verde y la otra amarilla–. La curiosidad insatisfecha da paso a susurros de malestar, luego a murmullos de desaprobación y más tarde a voces de indignación que reclaman la intervención del cuerpo de alguaciles para expulsar al causante de tan incívico y oprobioso comportamiento. Sin embargo, nuestro cuento 60 deambula feliz y sereno por los parterres, seguro y confiado de portar entre sus postreros vocablos el susonodicho color que nadie ha visto todavía. ¡Vaya si lo porta! Y colorín colorado este cuento se ha acabado.



(Relato presentado al concurso del blog Esta Noche Te Cuento. Tema de la convocatoria: el color rojo).