lunes, 30 de diciembre de 2019

NOCHEBUENA


Cuando íbamos a preparar la cena, llegaron los de Servicios Sociales y se llevaron al pequeño. Nos tuvimos que conformar con la guarnición.




He aquí un caso de sátira o sarcasmo navideño paradigmático. Todo sarcasmo implica la burla cáustica del autor hacia algo o alguien, en este caso la cena inspiradora del concurso. El autor consigue dar la vuelta a lo convencional mediante la reducción al absurdo de una fecha entrañable. Y combina con gran habilidad un rescate de los Servicios Sociales con el plato principal de la Nochebuena, hasta hacernos comprender que la celebración de los protagonistas estaba marcada por un hecho que, de haberse producido, habría sido atroz. Esa guarnición que aparece al final nos sorprende, porque nos informa de manera indirecta de que estamos ante unos comensales salvajes y logra que nos sonriamos con la negrura de un humor tan fino que apunta hacia el canibalismo sin mencionarlo expresamente. Cuando el humor está bien hecho, amigos, se puede hablar de cualquier cosa, hasta de lo más sórdido e intolerable, como es el caso.

Juan Aparicio Belmonte


(Relato ganador en el concurso Cuenta 140 de la revista El Cultural con el seudónimo Stanbrook. Tema: Nochebuena).

miércoles, 25 de diciembre de 2019

PREPARANDO LA CENA

CAMBIO DE MENÚ
Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Sonrieron y, en vez de añadir un cubierto, guardaron al misionero para otro día.



LO CORTÉS NO QUITA LO VALIENTE
Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. Supuse que invitaría Judas porque me lo había encontrado en la esquina contando monedas.




(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar).

lunes, 16 de diciembre de 2019

CONFESIONES AL PADRE

CORRERÍAS DE TREINTAÑERO

Le confesé a mi padre lo que había hecho. Solo me dijo: «Ya verás, cuando se entere el Espíritu Santo».


NEPOTISMO

Le confesé a mi padre lo que había hecho. Me puso cien avemarías y cincuenta padrenuestros. A mis amigos, por lo mismo, el doble.


HOY POR TI

Le confesé a mi padre lo que había hecho. Con todo detalle. Por tranquilizarlo, le dije que nadie me había visto y que no dejé ninguna pista. En sus ojos percibí la enorme decepción que le causaba. Ahora, cuando le visito en el penitenciario, soy incapaz de mirarle a la cara.



(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Le confesé a mi padre lo que había hecho).

jueves, 12 de diciembre de 2019

DE LO MUTABLE Y LO INMUTABLE

Desde que el mundo es mundo ha sido siempre así, a pesar de lo que digan los científicos y lo que la gente esté dispuesta a creer a las primeras de cambio: mares y océanos suministran el agua a los ríos, y no al revés. 

Don Ireneo Ripalda, afinador de cítaras y presidente de la Comunidad de Propietarios del número 12 de la calle Ventresca, así lo tenía comprobado desde el tiempo de los sabañones. Por efecto de la presión atmosférica y del principio de flexibilidad expansiva del agua, esta experimenta una especie de ósmosis inversa que la hace ascender por ramblas, cañones y quebradas. En su recorrido, por rozamiento con el limo del lecho del cauce y cierta fuerza gravitatoria, va dejando en el fondo las partículas de sal y otros cuerpos molestos, como piedras preciosas, preservativos y botes de cerveza, de modo que, cuando alcanza el punto de si lo sé no vengo, también conocido como nacimiento, el agua gira y se vuelve por donde ha venido. Si bien, ahora es dulce y se desliza por encima de la corriente ya descrita, que transita en sentido contrario y ascendente. Este proceso, según don Ireneo, explicaría la calidad y pureza de las aguas fluviales, tanto mayor cuanto más próxima a la superficie es extraída, y sus indudables efectos beneficiosos para una suave digestión y un cutis lozano.

Ripalda, de natural modesto y reservado, solo participaba sus descubrimientos a personas de la máxima discreción y confianza, como la señora del puesto de castañas de la esquina o los miembros de la sociedad española de micología. Y también lo hizo, por razón de fuerza mayor, en la reunión extraordinaria de vecinos del pasado septiembre, tres días después de que el edificio hubiera zarpado de su histórico enclave con rumbo noroeste y velocidad de quince nudos. Ocurrió como consecuencia de otra riada, cada vez más frecuentes e intensas desde el pasado siglo XXI, que ocupó a los medios de todo el país durante un par de semanas. Tras tres jornadas de navegación, la recientemente remozada construcción fondeó frente a las islas Chafardinas, circunstancia que fue aprovechada para celebrar junta de vecinos en los garajes del sótano que, dicho sea de paso, no presentaban más humedades de las habituales por esas fechas. Don Ireneo tuvo la oportunidad de echar mano de su teoría para explicar el fenómeno de la riada con profusión de datos, fórmulas y abundante bibliografía, relacionándolo con el lógico desequilibrio de flujos al coincidir la luna llena con el alineamiento de Urano, Saturno y Gamínedes, suceso que se repite cada trescientos doce años. La exposición fue seguida con la atenta y rendida admiración de toda la comunidad, sin preguntas ni peticiones de aclaración de dudas. A continuación, se debatió sobre el color de los toldos más adecuado a la nueva situación, con división de opiniones entre el azul cielo y el verde mar, también sobre la propuesta de repulsa hacia el régimen déspota y opresor de Fangolandia y, de nuevo, sobre las habituales quejas de la vecina del tercero derecha respecto de la del quinto centro a cuenta de que siempre tendía la ropa chorreando. Ripalda levantó la sesión sin acuerdo ninguno, como era habitual desde que el mundo era mundo.



(Relato presentado al concurso de Zenda e Iberdrola sobre el cambio climático #COP25).

martes, 10 de diciembre de 2019

SÍNTOMAS

Ireneo Ripalda, viticultor, empezó a sospechar del cambio climático y de la contaminación del suelo. Sus cepas le daban uvas en abril y envasadas en plástico al vacío.


(Relato presentado al concurso de Zenda e Iberdrola sobre el cambio climático #COP25).

lunes, 9 de diciembre de 2019

DE GARBANZOS

PÁGINA EN BLANCO
Se me acumulan los garbanzos en la cabeza, mientras que las musas, en la olla hirviendo, se van evaporando. 


FÓRMULAS DE ÉXITO
Se me acumulan los garbanzos, las alubias y el arroz en el almacén. Ocurre desde que empecé a venderlos por kilos de novecientos gramos. A la vista de la buena marcha del negocio, he decidido aplicar el método a otros productos. Pero lo de la docena de huevos con diez unidades, no sabría decir por qué, me genera dudas. 


DÍGAME, SEÑORÍA, SI NO ERA PARA MATARLO
Se me acumulan los garbanzos en el regazo y, después de siete partidas, el jodío cuñado, con su estúpida sonrisa, aún no había cantado ni uno solo de los números de mi cartón. 


EL PLAN NUESTRO DE CADA DÍA
Se me acumulan los garbanzos camuflados debajo de la servilleta. Las patatas ya se ocultan dentro del pan, en el hueco que han dejado las migas que ahora se dispersan por la mesa y el suelo. De los trozos de carne ya ha dado buena cuenta el discreto y fiel Boby. Solo los fideos, esta vez, han cogido plaza sin asiento en la línea que, en breve, les llevará directos al inodoro. 



(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Se me acumulan los garbanzos).

viernes, 6 de diciembre de 2019

DAME UN SILBIDITO

Disfruto de la jubilación bajo una hoja de lechuga. Entre «cri cri» y «cri cri» recuerdo mi pasado laboral. En aquel entonces era un tipo elegante. Portaba siempre paraguas y vestía con sombrero alto, chaqué y pajarita sujeta al cuello de la camisa con un imperdible. Ejercía de Asesor Moral de Adolescentes y me asignaron a un chavalito italiano, un poco tronco, con propensión a alargar un apéndice (no el que suele ir oculto con cambios solo temporales de aumento). Yo le aconsejaba que no se fuera por las ramas, que evitara echar raíces y huyera de amigos con chispa, pero sobre todo que nunca jugara con fuego. Le tomé aprecio al muchacho y le auguré un futuro de cuento, y vaya si acerté. Pronto me di cuenta de que el chico tenía madera. Fue al observar que al rascarse la cabeza, algo de serrín le quedaba entre las uñas.




(Relato presentado a la primera ronda del concurso Monstruoscopio, del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: personaje de Pepito Grillo. Palabra obligada: imperdible).

lunes, 2 de diciembre de 2019

POR AMOR

MEDIAS NARANJAS
Sufriendo lo indecible por amor, tenía como loco a su novio, el marqués de Sade.


TE QUIERO POR LO QUE CALLAS
Sufriendo lo indecible por amor, pasaba el día deseando volver a casa. Cuando llegaba, la colmaba de caricias, besos y abrazos, después de haberla sacado del armario y de tres minutos largos de impaciente
inflado. 


LAS APARIENCIAS ESCALDAN
Sufriendo lo indecible por amor hacia aquella bella y delicada dama, Platón decidió pasar a la acción y, mediante una extensa misiva con la mejor prosa de la que era capaz, le desveló la profundidad de sus sentimientos y la intensidad de su pasión. La ansiada respuesta no tardó en llegar. En una nota escueta con aromas de azahar pudo leer: «serán 300 tetradracmas». 




(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Sufriendo lo indecible por amor).