Hasta que llegó el confinamiento, la pareja de ancianos se manejaba sola. Salvo para mover un mueble o hacer la declaración de la renta, apenas necesitaban recurrir a nadie. Ahora, la alarma sanitaria los señala como población de riesgo y han tenido que renunciar a las frecuentes visitas de los hijos, a los abrazos y caricias con los nietos y al paseo vespertino por el parque. Para la recogida de medicinas en la farmacia o la compra de alimentos semanal –lo que les dura el pan de molde–, cuentan con los voluntarios de Cruz Roja de la localidad. En casa nunca han tenido más de tres rollos de papel higiénico.
#NuestrosHéroes
(Relato presentado al concurso Zenda sobre Nuestros Héroes).
Me ha gustado como tratas en tu relato a estos héroes anónimos de los quizá no nos acordamos tanto, y que nos son tan queridos.
ResponderEliminarBuen relato, Rafa.
Saludos.
Sin duda son unos héroes. Menos vistosos pero lo son.
EliminarGracias, Alfonso.