A los 80 años, escribió toda su vida en media cuartilla y se puso a llorar.
Media cuartilla que es también síntoma de un enorme fracaso vital. Todo lo que podía haber hecho y no hizo el protagonista del microrrelato está presente en el espacio en blanco del folio y de los folios que es incapaz de rellenar. La vida es siempre un fracaso porque conduce a la muerte, dijo el sabio, pero hay fracasos más provechosos que otros y lo peor que puede pasarle a uno es lamentar su pasividad en el pasado. Siempre es mejor actuar que no actuar, hacer cosas que arrepentirse de no haberlas hecho, vivir que morir. Y vivir es conflicto. Lo demás es ostracismo, muerte en vida. Carmona aprovecha el asunto autobiográfico para poner el acento en esa verdad única que es la propia biografía y reparar en que una vida larga en años puede ser corta en vivencias. El llanto del octogenario es un final excelente y también una llamada de atención: lo que no se hace hoy puede ser un duro golpe del mañana, que además no permite redención ni marcha atrás.
Enhorabuena, Rafa Olivares, por el relato, sobresaliente, y por el premio.
(Relato ganador en el concurso Cuenta 140 de la revista digital El Cultural. Comentarios en cursiva de Juan Aparicio Belmonte, coordinador del concurso).
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