Don Melquíades solía hablar de muertos vivientes antes de la hora de acostarse; era su tema preferido. Ni a la Directora ni al personal auxiliar les hacía la más mínima gracia, pero lo permitían por lo mucho que divertía a los residentes del geriátrico. En especial al grupo de centenarios.
(Relato presentado al concurso del blog Cincuenta Palabras).
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