Después de un siglo procesionando a hombros de medio centenar de costaleros, el paso de la Misericordia se vino al suelo nada más salir de la Catedral. El Hermano Mayor lo explicó: «ha sido por culpa de los enanos, eran unos veinte y ninguno tocaba con los pies el suelo».
(Relato seleccionado en el concurso de YK Complementos).
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