miércoles, 1 de junio de 2022

DIETA SILVESTRE

 

Al abuelo Juan Salvador, que ya no andaba ni hablaba, lo sacábamos todas las mañanas en su silla de ruedas al balcón, bajo el cobijo del toldo, para que se entretuviera mirando al parque. Cuando nadie lo veía, se encaramaba a la barandilla y salía revoloteando hasta la rama de un castaño de indias. Allí observaba los juegos de los niños, los arrumacos de los enamorados, los paseos de los ancianos y los trabajos de los jardineros. A veces, algún empleado municipal le increpaba por subirse al árbol. Él nada decía y seguía a lo suyo. Después, planeaba hasta el suelo a comer semillas e insectos, que encontraba con habilidad entre la hierba, y se acercaba al estanque a sorber algo de agua. Antes de la hora de comer, alzaba el vuelo de vuelta al balcón y se sentaba en su silla como si nada hubiera pasado. Ahora mamá anda preocupada, dice que últimamente el abuelo no come mucho.






(Relato presentado al concurso del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: Balcones y Bichos).

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