Mi regla número uno es: espera lo mejor y prevé lo peor. Para lo fatídico, no podía hacer otra cosa que dejar arreglados los papeles de testamentaría y funeral. Pero me preparé a conciencia para lo óptimo. En dos meses llegué a controlar por segmentos mi temperatura corporal, logrando con facilidad, y al mismo tiempo, treinta y cuatro grados en los pies, treinta y seis en las axilas y treinta y nueve en la boca. Después trabajé con el ritmo cardíaco, alcanzando un pulso en la muñeca de sesenta, y de ochenta dos en el cuello. Ahora ya he conseguido levitar y podré pasar por el rellano de doña Patro, cada mañana, sin tener que esperar a que se seque.
(Relato presentado a la tercera ronda del concurso La Copa, del blog Esta Noche Te Cuento. Frase obligada: Mi regla número uno es: espera lo mejor y prevé lo peor).
Muy bueno Rafa.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Siempre tan generosa.
EliminarGracias, Nani.
Muchos besicos.