En primavera, el abuelo se ausentaba de casa por la ventana. Salía revoloteando hasta posarse en la rama de un castaño del parque. Nos decían que después lo veían alimentándose de insectos y semillas, o sorbiendo agua en el estanque. Como no volvía hasta el otoño y no contaba nada, suponíamos que migraba al Norte. Lo que no sabíamos era si lo hacía con las grullas o con las cigüeñas.
#viajessostenibles
(Relato segundo clasificado en el concurso de Zenda. Tema: viajes sostenibles).
Felicidades, también he participado en el concurso. Un saludo. Emerencia
ResponderEliminarGracias, Emerencia. Espero en una próxima convocatoria tener la oportunidad de felicitarte.
EliminarUn beso.
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