Decía sí con un par de pestañeos, solo uno para el no, guiñaba el ojo izquierdo para el no sabe y el derecho para el no contesta. La misma rutina de todas las semanas para cumplimentar las cincuenta preguntas de la encuesta de satisfacción, en la unidad de enfermos terminales.
(Relato finalista en el concurso de Cincuenta Palabras).
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