La escultural letrada Elisa Sotelo, también conocida por «morritos», llegó a la abogacía dispuesta a revolucionar sus hábitos. Aficionada a la moda e influenciada, sin duda, por la reciente «Fashion Week End», empezó por actualizar sus togas y acudió al macrojuicio con un modelo de transparencias de su propio diseño, sobre una atrevida lencería tan fina que solo era perceptible con la imaginación y que dejaba a las claras que allí no había trampa ni cartón. Completaba su imagen con una infantil piruleta a la que dedicaba, de tanto en tanto, sensuales lametones. Al terminar, de pie, su lectura de conclusiones, que nadie entendió, la nutrida concurrencia, incluidos miembros del jurado, juez, fiscal, secretario, periodistas y público, irrumpió en entusiasta ovación. La sentencia no dio la razón a quien, en aquel momento, pensó que Elisa había perdido el juicio.
(Relato presentado al concurso de Microrrelatos Abogados. Tema: abogados. Palabras obligatorias: actualizar, cartón, concurrencia, piruleta y transparencia).
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