La enemistad entre ambos pueblos tenía tanta antigüedad como su propia historia. Por eso resultó tan sorprendente que los vecinos de Villaldea de Abajo hicieran una colecta para regalar unos espléndidos aseos públicos a Villaldea de Arriba. Solo después de inaugurados, pusieron en marcha el criadero de cangrejos de río.
(Relato presentado al concurso del blog Cincuenta Palabras).
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