Para conseguir un buen relato –recuerdo que me dijo el profesor–, hay que seguir la estructura clásica de las obras de teatro, esto es, planteamiento, nudo y desenlace. Así que me pongo a ello. Planteamiento: escribir un buen microcuento, tan bueno que pueda destacar entre la gran cantidad de excelentes historias que cada semana concursan. Nudo: de qué demonios escribir, qué tema abordar que resulte original y merezca la consideración del jurado. Aun así, empiezo a juntar letras por ver si sale algo. Desenlace: el habitual de todas la semanas, el sábado mi nombre no se escucha por las ondas.
(Relato finalista en el concurso Wonderland, de Radio 4).
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