A veces ocurre que en un mismo día experimentas varias situaciones inéditas hasta entonces. Ayer mismo, por ejemplo, bien temprano, un desconocido me ofreció, con forzada amabilidad, un cigarrillo. Nunca me había pasado algo así y aquello me emocionó. Aunque no fumo y el tabaco me produce cierta repulsión, acepté y el individuo me colocó el cigarro entre los labios y lo encendió. Aspiré lentamente tratando de retener unos sabores totalmente nuevos para mí. Luego se volvió hacia un grupo de seis jóvenes y elevando la voz les dijo «¡Pelotón! ¡Al hombroooo armas!». Bueno, pues aún hubo más.
(Relato ganador semanal y trimestral en el concurso Wonderland, de Radio4. Aquí, a partir del minuto 34, mi entrevista en el programa: Wonderland).
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