Con su gato Mishi, que no participó en las batallas, conquistó media Europa. Creía que le daba suerte y lo llevaba siempre consigo. Pero temía que alguien pudiera echarle el mal de ojo. Por eso lo ocultaba en el gorro en forma de tobogán, que él mismo diseñó al efecto, o bajo el chaleco, agarrado por el cuello con su mano derecha.
MISHI...NG
Con su gato Mishi, que no participó el día anterior en la decisión familiar, se celebró la comida por el segundo aniversario del fin de la contienda. No faltó nadie. A los adolescentes no les extrañó la presencia de caracoles en el plato, los solían ver por el campo después de un aguacero. Tampoco la abundancia de arroz, seguro que habrían juntado las cartillas de racionamiento para conseguirlo. Pero lo del conejo… Si ni siquiera en el mercado negro se podía encontrar. Alguien dijo haber visto después al minino con unos feriantes, pero cualquiera sabe.
CASOS DIFÍCILES
Con su gato Mishi, que no participó nunca en los crímenes, se fugó al extranjero el conocido como «asesino invisible». A falta de mejor pista, la Interpol distribuyó por todo el mundo la foto del minino. De frente y de perfil.
(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena. Frase de inicio obligada: Con su gato Mishi, que no participó).
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