Disfruto sólo con verla. Me contagia su sonrisa. Su mirada me relaja los músculos. La dulzura de su voz me embelesa y me cautiva la gracia de sus andares, pero si algo hay en ella que me satura de dicha, es pensar en su ropa interior comestible. La que le vendo cada viernes.
(Relato seleccionado en el Concurso de Microrrelatos "Soy Feliz con ..." de Letras con Arte).
No hay que mezclar el trabajo con el placer. Pobre hombre, con la cantidad de prendas ( con sus respectivas clientas) que pasarán por sus manos.
ResponderEliminarSugestivo el micro...
Un abrazo, Rafa
Mejor trabajar en la oficina sin relación con clientes ¿no?
EliminarGracias Rosy.
Un beso.
No hay que huir de los placeres.
ResponderEliminarAunque habiten solo en la imaginación.
EliminarGracias Anuar.
Muchas felicidades Rafa. Es un micro muy simpático y sugerente. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Hola Nani, Gracias, celebro que te guste.
EliminarMuchos besicos.