CELOS CELESTES
El prohibitivo tratamiento de mi nieto en la Tierra, que se hacía llamar Generalísimo, generó cierta guasa en el cielo. A mí marido y a mí nos empezaron a llamar Abuelísimos. No duró mucho. Cuando el Jefe se enteró lo prohibió con contundencia. Con un Altísimo no hacían falta más superlativos.
OVEJA NEGRA
El prohibitivo tratamiento de mi nieto –Su Muy Ilustrísima, Reverendísima y Excelentísima Eminencia– provocó cierto distanciamiento familiar.
GATO POR LIEBRE
El prohibitivo tratamiento de mi nieto nos indujo a ofrecerlo en adopción.
(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: El prohibitivo tratamiento de mi nieto).
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