sábado, 27 de enero de 2024

VERANO DEL 93

Semidormida, pego mi cuerpo al suyo y lo abrazo por detrás reposando mi cabeza en su espalda. Ya hace treinta años y ahora lo recuerdo con nostalgia. Entonces yo tenía 15 y Monchito 16, y aunque veníamos coincidiendo en aquel pueblo de la costa desde hacía varios veranos, fue en ese cuando descubrí su atractivo. Que siempre buscara ponerse a mi lado no me pasó desapercibido. El día que rozó mi mano en la feria estuve tiempo sin lavarla y aspirando su aroma, evitando que ese tramo de piel se contaminara por el contacto con otras superficies.
Y cuando, la noche anterior a nuestro regreso a Madrid, me besó la mejilla aprovechando la oscuridad del cine, temí que los latidos de mi corazón se escucharan en toda la sala.

Ahora, en la cama, con la emoción del recuerdo en mis ojos, el ronquido profundo de Ramón acompañado de un cuesco sostenido me sacan de mi ensimismamiento.




(Relato mencionado en el concurso del blog Esta Noche Te Cuento. Tema: KALOPSIA -delirio por ver las cosas más bellas de lo que son en realidad-).

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