miércoles, 6 de enero de 2021

ESPERANDO QUE DEJES DE LLORAR

CONSANGUINIDAD
Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él, voy aligerándolo del oro del anular, el de la muñeca izquierda, el del cuello y el de la boca –dos molares–, antes de que empiecen a aparecer las otras sobrinas, las avariciosas.

AVIARFILIA
Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él, empiezo a cocinarlo al curry.


CUESTIÓN DE PRINCIPIOS
Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él, empiezo a buscarte en las redes sociales otro novio mejor. Con el último ya son cinco a la fuga en lo que va de año. Pero con la elección del próximo vamos a ser más escrupulosas. Nada de citas presenciales hasta asegurarnos de que es una persona sin prejuicios, que acepta la diversidad, que aprecia las actividades en equipo y que es desinhibido y no tiene aversión a compartir. Pero, sobre todo, que te quiere como eres y no le suponga una contrariedad que seas mi siamesa.


QUE POR BIEN NO VENGA
Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él, nuestro hermano mayor, voy a ir preparando la respuesta para cuando pidan el rescate. A ver… Lo sentimos, no tenemos efectivo, no sabemos lo que son bitcoins, los temas financieros los llevaba él personalmente y, además, ha dejado libre el yate y el chalet de la playa, así que no vuelvan a llamar hasta que esté de vuelta.


FALTA DE PRÁCTICA
Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él, para devolverle al vecino la sierra eléctrica y el «after shave». Dile que este no lo has llegado a usar. Quizás te ha faltado más crema de afeitar. Y desde luego, pulso; mucho mejor pulso.



(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él).

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